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George Washington


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El mayor de seis hijos del segundo matrimonio de su padre, George Washington nació siendo miembro de la clase de hacendados en la hacienda Wakefield en Virginia, en el 1732. Él vivió ahí y en otras haciendas a lo largo de los ríos Potomac y Rappahannock, incluyendo la que después fue conocida como Mount Vernon, hasta los 16 años. Su educación fue elemental, probablemente obtenida de tutores y posiblemente de escuelas privadas; y también aprendió agrimensura. Su hermanastro Lawrence que había servido en la Marina Real, fue su mentor, después de que él perdió a su padre cuando tenía 11 años. Como resultado, el joven desarrolló interés en obtener una carrera en la marina, pero su mamá lo disuadió.

A la edad de 16, en el 1748, Washington se unió a un partido de agrimensores el cual fue mandado al valle Shenandoah por el barón Fairfax, un hacendado. En los próximos años, Washington condujo sondeos en Virginia y en lo que es actualmente West Virginia y por esto se mantuvo interesado en el oeste el resto de su vida. Del 1751 al 52, él también acompañó a Lawrence a una visita que él hizo a Barbados, en las Indias Occidentales, por razones de salud justo antes de su muerte.

Washington empezó su carrera militar al año siguiente, cuando el gobernador real lo nombró a una ayudantía en la milicia como mayor. Ese mismo año, como emisario gubernativo, y acompañado de un guía, viajó al fuerte Le Boeuf, en Pennsylvania, en el valle del río Ohio, para entregar a las autoridades francesas un ultimátum para que cesaran de hacer fortificaciones y poblados en territorio inglés. Él también trató de mejorar las relaciones entre los ingleses y varias tribus de indios en este viaje.

En el 1754, cuando obtuvo el rango de teniente coronel y después de coronel en la milicia, Washington condujo un grupo militar que aspiraba a desafiar el control francés del valle del río Ohio, pero que fue derrotado en el fuerte Necessity, en Pennsylvania - un suceso que ayudó a desencadenar la guerra Franco-India (1754-63). Luego en el 1754, no contento con la disolución de su rango debido a la llegada de soldados de línea ingleses, renunció su comisión. En ese mismo año, él arrendó a Mount Vernon, la cual heredó en el 1761.

En el 1755 Washington volvió al servicio miltar con el título de cortesía de coronel, como ayudante del Gen. Edward Braddock, y apenas escapó la muerte cuando los franceses derrotaron las fuerzas del general en la batalla de Monongahela, en Pennsylvania. Como recompensa por su valor , Washington obtuvo de nuevo el rango de coronel y el mando de las fuerzas de la milicia de Virginia, encargada de defender la frontera de la colonia. Debido a la escasez de hombres y de equipo, él encontró la misión bien difícil. Luego , a finales del 1758 principios del 1759, y desalentado por el menosprecio del gobierno hacia la milicia e irritado porque no subía de rango, renunció y regresó a Mount Vernon.

Washington, entonces se casó con Martha Dandridge Custis, una viuda rica y madre de dos niños. El matrimonio no tuvo hijos, pero Washington crió los de su esposa como si fueran suyos. Durante el período del 1759 al 74, él administró sus haciendas y sirvió en la Cámara de Burgueses de Virginia. Él apoyó las primeras protestas en contra de las políticas inglesas; tuvo un papel muy activo en el movimiento contra la importación en Virginia; y luego, particularmente debido a su experiencia miltar, se convirtió en líder de los Whigs.

En los 1770s, las relaciones entre la madre patria y la colonia estaban bien tensas. Cuidando su conducta , pero fuertemente apoyando la posición Whig, pero resentido con las restricciones y la explotación comercial inglesa, Washington representó a Virginia en el primer y segundo Congreso Continental. En el 1775, después de la masacre en Lexington y Concord, el Congreso lo nombró comandante a cargo de las fuerzas armadas Continentales. Superando obstáculos muy severos, especialmente en provisiones, él eventualmente creó un ejército bien entrenado y disciplinado.

La estrategia que Washington desarrolló consistía en hostigar constantemente las fuerzas inglesas mientras evitando acciones generales. Aunque sus tropas perdieron un número de batallas y tuvieron que ceder muchas tierras, persistieron aún durante los inviernos en Valley Forge, Pennsylvania y los de Morristown, New Jersey. Finalmente, con la ayuda del ejército y la flota francesa, ganó una victoria muy importante en la batalla de Yorktown, Virginia, en el 1781.

Durante los próximos dos años, y todavía al mando del agitado Ejército Continental, al cual no se le había pagado y sin provisiones, Washington denunció las propuestas de que el ejército tomara las riendas del gobierno, incluyendo una que proponía hacerlo rey, pero apoyó las peticiones del ejército al Congreso Continental para ser indemnizado debidamente. Tan pronto se firmó el Tratado de París (1783), renunció su comisión y regresó de nuevo a Mount Vernon. Los sacrificios económicos y las ausencias largas, así como los préstamos generosos que hizo a amigos, deterioraron su extensa fortuna, que consistía mayormente de haciendas, esclavos, y propiedades de tierras en el oeste. Sin embargo, él tuvo muy poco tiempo para reparar sus finanzas porque su retiro fue corto.

Disgustado con el progreso nacional que operaba bajo los Artículos de la Confederación, abogaba por un gobierno central. Él fue el anfitrión de la Conferencia de Mount Vernon (1785) que se hizo en su hacienda después de las reuniones iniciales en Alexandria, aunque él aparentemente no participó directamente en las discusiones. Él no asistió a la Asamblea de Annapolis (1786) a pesar de sus simpatías con las metas de la misma. Pero al año siguiente y apoyado por muchos de sus amigos, el obtuvo la presidencia de la Asamblea Constitucional, cuyo éxito se debió a su presencia y dignidad. Después de la ratificación del nuevo instrumento de gobierno en el 1788, el colegio electoral lo nombró unánimamente el primer Presidente.

El próximo año, después de un viaje triunfal desde Mount Vernon hasta la ciudad de New York, Washington tomó el juramento de oficio en Federal Hall. Durante sus dos siguientes términos, él gobernó con dignidad y cautela. Él le dió estabilidad y autoridad a la nación naciente, la cual lo necesitaba, le dió substancia a la Constitución, y obtuvo la reconciliación entre bandos opuestos y políticas divergentes dentro de su gobierno y administración. Aunque no se oponía a ejercitar el poder presidencial, respetó la posición del congreso y no violó sus privilegios. Él también trató de mantener armonía entre el Secretario de Estado Thomas Jefferson y el Secretario del Tesoro Alexander Hamilton, cuyas diferencias representaban las divisiones de partidos que se desarrollaban, de las cuales Washington no quería ser parte.

Pero casi siempre dependiendo de los consejos de Hamilton, Washington apoyó su plan para asumir las deudas de los estados, convenido en la constitucionalidad del estatuto que estableció el Banco de los Estados Unidos y que favoreció la promulgación de tarifas por el Congreso para proveer ingresos federales para proteger a los fabricantes domésticos.

Washington tomó varios pasos para fortalecer la autoridad gubernamental, incluyendo la represión de la Rebelión del Whisky (1794). Para unificar el país, él viajó por el noroeste en el 1789 y por el sur en el 1791. Durante su administración, el gobierno se mudó de New York a Philadelphia en el 1790, dirigió el plan para la localización del Distrito de Columbia, y puso la piedra angular para el Capitolio (1793).

En asuntos extranjeros, a pesar de la oposición del Senado, Washington ejerció su influencia. Él apoyó los intereses de los Estados Unidos en el continente de Norte América a través de tratados con Inglaterra y con España. Insistió en mantener la neutralidad hasta que la nación se fortaleció. Por ejemplo cuando la revolución francesa creó guerra entre Francia e Inglaterra, no le prestó atención a las protestas del pro-Francia Jefferson y a las del pro-Inglaterra Hamilton.

Aunque muchas personas apoyaban a Washington para que obtuviera un tercer término, él estaba cansado de la pólitica y reusó. En su discurso de despedida, (Farewell Address, 1796), él incitó a sus compatriotas a renunciar a las diferencias de partido y a evitar enredarse en guerras y en las políticas domésticas de otras naciones.

Washington solo disfrutó de unos años de retiro en Mount Vernon. Todavía, demostrando su buena voluntad para hacer sacrificios por su patria en el 1798, cuando la nación estaba a punto de la guerra con Francia, él aceptó el mando del ejército; pero sus servicios finalmente no fueron requeridos. Él murió a la edad de 67 años en el 1799. En su testamento le otorgó la libertad a los esclavos.

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