PASOS A SEGUIR PARA EL SALVAMENTO DE MATERIALES DE BIBLIOTECA DAÑADOS POR EL AGUA - parte 5
PASOS PRELIMINARESEN LA EVACUACIÓN DE LAS ZONAS AFECTADAS POR EL AGUA
Si se van a congelar los materiales se tiene que haber hecho los arreglos previos para enviar de inmediato los materiales empaquetados a los sitios donde están los congeladores. No se debe permitir que los materiales empaquetados permanezcan en o cerca del lugar afectado más que unas horas, puesto que tal demora aumentará más el riesgo de desarrollo de moho. Antes de que comience la evacuación de los materiales empapados por el agua, todas las luces, ventiladores, deshumificadores y demás aparatos de ventilación deberán estar plenamente operativos. Todas las superficies de trabajo deberán cubrirse con láminas de polietileno. Las zonas seleccionadas para empaquetar o secar deberán estar preparadas para la operación vaciándolas de todo el equipo y mobiliario innecesario.
EVACUACIÓN Y EMPAQUETAMIENTO DE LOS MATERIALES DAÑADOS POR EL AGUA -- EL EQUIPO DE TRABAJO
La seguridad de los materiales y los futuros costos de restauración dependerán, en gran medida, de la competencia y dedicación de los equipos de salvamento. El trabajo será arduo, sucio y, frecuentemente, frustrante. Los líderes de equipo no deberán dudar en deponer a los trabajadores descuidados e irreflexivos. La experiencia ha demostrado que los grupos bien disciplinados con breves períodos de descanso y de refresco cada hora y media, aproximadamente, son los más eficientes. Los grupos de trabajo llevados hasta la extenuación no sirven de mucho.
EVACUACIÓN DE LA ZONA AFECTADA POR EL AGUA -- EL CATALOGO Y OTROS REGISTROS DE LA COLECCIÓN
Se dará una prioridad principal al salvamento del catálogo y otros registros de la colección. Las operaciones de salvamento deberán evitar cualquier acción que pueda desfigurar o eliminar las etiquetas y marcas identificativas.
Durante la etapa de planes pre-rescate se debe tomar la decisión de si se debe usar o no un sistema numérico que identifique la localización y que pueda usarse después, al retornar el material procedente de la operación de secado, y así colocar la colección en un orden similar al que tenía en la estantería antes del desastre. Existirá la necesidad de identificar y segregar materiales que estén muy mojados de los parcialmente mojados; contaminados de moho de los no-contaminados; objetos raros y delicados de los menos raros y delicados, etc. Si se quiere conseguir una recuperación ordenada, eficiente y segura, a la vez que un control sobre las diferentes formas de secado y otras medidas especiales necesarias para salvar materiales raros y delicados, se hace indispensable un sistema de codificación para las cajas.
Se asignará, al menos, una persona específicamente responsable de hacer un "inventario" de cada lugar de las estanterías de donde son sacados los materiales para ser puestos entre cajas. Esta persona puede estar a cargo también de supervisar el proceso de meter el material entre las cajas y la codificación de las mismas.
Normalmente se utilizan cintas transportadoras y "cadenas humanas" para evacuar las grandes cantidades de material de cada estantería, empaquetándolo en cajas corrugadas o cestas de plástico tales como las usadas para transportar la leche envasada, para llevarlo hasta el punto de carga para su envío a los edificios de almacenamiento en frío. Es en estos momentos en los que puede haber un gran número de daños adicionales y de confusión. El número de personas implicadas en esta operación y su comportamiento necesitan ser estrechamente supervisados. Intente iniciar una cadencia de trabajo cuando se valga de cadenas humanas de modo que mantenga a todo el mundo ocupado sin estar sobrecargado. Un exceso de voluntarios entorpecerá el progreso del trabajo, fomentará la vagancia y, en general, reducirá la eficacia de la operación. Es muy importante el instruir al equipo diariamente sobre las tareas a cumplir y mantener a todos informados, tanto de los objetivos principales de la operación de rescate como de cualquier cambio que se efectúe sobre el plan original.
Un equipo de trabajo eficiente y dedicado necesita tener acceso a todas las necesidades básicas tales como períodos regulares de descanso, un lugar donde comer, una zona donde lavarse y asearse, y acceso inmediato a atención médica.
Los manuscritos y otros materiales en hojas sueltas, crean problemas particularmente difíciles si se han esparcido. Una indicación aproximada del lugar donde se encontraron durante la operación de salvamento puede ser extremadamente valiosa posteriormente. Los materiales nunca se moverán de su sitio en grandes montones ni se dejarán apilados unos sobre otros en el mismo lugar del desastre ni en la zona de recepción temporal, puesto que el peso excesivo de los libros y registros en papel dañados por el agua pueden conducir a graves daños físicos.
Cuando se evacuaron los libros dañados de la Biblioteca Nazionale de Florencia tras el desastre de la inundación de la misma por el río Arno, en 1966, un gran número de los mismos se apilaron en grandes montones fuera del edificio de la Biblioteca mientras aguardaban su envío a los edificios de secado. Esta acción provocó un gran daño a los libros a causa del peso de los volúmenes saturados de agua, y condujo a unos enormes costos económicos de restauración posteriores al desastre.
EVACUACIÓN Y EMPAQUETAMIENTO
Los pasillos entre las estanterías y los corredores principales probablemente estarán sembrados de material empapado. Estos deben ser los primeros en evacuarse separadamente, mediante cadenas humanas, en la condición física exacta en la que son encontrados. Los libros abiertos estarán muy hinchados, pero no se debe hacer ningún intento por cerrarlos. Hacerlo ocasionará nuevos daños por desgarramiento de las hojas puesto que el papel no se desliza cuando está mojado. En cambio, los libros se llevarán tal cual a una zona seca adyacente, donde un equipo en espera los empaquetará sin alterar su forma actual. Este tipo de material, particularmente, no debe empaquetarse en las cajas muy comprimido sino horizontalmente y separado con, al menos, una capa de papel para congelar y una lámina de poliestireno de 1/2 pulgada (1'5 cm) entre cada libro abierto.
El equipo que se encarga del empaquetamiento deberá tener aproximadamente, el mismo número de personas que el equipo que les pase a ellos el material afectado. Esto evitará embotellamientos y la acumulación de materiales sobre el suelo a la espera de su empaquetamiento. Si hay disponible un número suficiente de personas y de cintas transportadoras, el lugar idóneo para empaquetar los materiales afectados será el propio sitio del desastre. Debe haber equipos listos para organizar el material de empaquetar y pasárselo a los empaquetadores con un ritmo suave. El uso de una segunda cadena humana, o cinta transportadora, reducirá los embotellamientos y la probabilidad de interferencias entre los aprovisionamientos de material que vayan llegando y los materiales empaquetados que vayan sacándose del edificio. Después de despejar completamente los pasillos puede empezar el trabajo principal de recuperación. Siendo optimistas, se habrá tomado la decisión de qué material evacuar primeramente: si los más mojados o los de mejor condición física. Como se dejó claro anteriormente, si la mayor parte está únicamente húmeda, y en relativo buen estado, estos podrán ser los primeros en ser evacuados, con antelación a los otros materiales. En estas circunstancias el extraer de las estanterías y empaquetar los materiales será una operación relativamente rápida y ayudará a establecer una cadencia suave de trabajo. A medida que se vacíe cada estantería, un ayudante deberá codificar cada caja y registrar el número de caja y su contenido general en un cuaderno de notas. No es de esperar que los interiores de las cajas archivadoras estén saturadas de agua si estaban colocadas muy juntas entre sí. Sin embargo, puesto que ciertos tipos de cajas tienen el interior de cartón corrugado, estas pueden estar muy mojadas, incluso aunque la mayor parte de sus contenidos estén sólo húmedos. En tales casos es mejor sacar los contenidos y re-empaquetarlos en cajas nuevas o en las cestas plásticas para leche ya mencionadas. Esto hará que cada unidad sea más ligera para levantarla y también se previene la rotura de las cajas mojadas, ademas de que se acelerará la velocidad de secado. Cuando se re-empaquete, es importante que las nuevas cajas sean identificadas adecuadamente.